Sin crecimiento no hay desarrollo
Desde hace 20 años no se observan tasas trimestrales de crecimiento como las observadas después de la crisis de 1995, en donde las tasas se ubicaban entre 9 y 3 por ciento anual durante el periodo de 1996 a 1998; en promedio el crecimiento fue de 6.3 por ciento. Este crecimiento acelerado de la economía mexicana se explica debido a la constante depreciación del peso que se observó como resultado de la crisis de 1994, situación que provocó que los bienes y servicios que se ofertaban en el país eran muy atractivos para el exterior, lo que ocasionó que su demanda se elevara. Durante este periodo, el crecimiento del país se debió a la dinámica del sector externo.
Posteriormente, el comportamiento del crecimiento del país ha sido muy irregular, durante la crisis de finales de 2008 y principios de 2009, la economía cayó a niveles de -8.9 por ciento para el segundo trimestre de 2009, siendo el resultado de la contracción de la economía internacional que terminó por afectar la economía mexicana. Un año después la economía se recupera y su dinámica de crecimiento mejoró; para el segundo trimestre de 2010, la economía presenta una tasa de crecimiento de 7 por ciento; para los siguientes dos años la tasa de crecimiento continuó en niveles de 4 por ciento trimestral.
Fue precisamente después del segundo semestre de 2012, cuando la economía mexicana se desacelera y empiezan a observarse tasas que oscilan entre 3.5 por ciento y 1.5 por ciento trimestralmente. Después del segundo trimestre de 2017 (con excepción del segundo y tercer trimestre de 2018) la tasa de crecimiento se ha ubicado por debajo del 2 por ciento.
En síntesis, en el país -en las últimas dos décadas-, la trayectoria de crecimiento se ha colocado en un escenario de inestabilidad y hacia la baja, y todo parece indicar que este comportamiento continuará para los siguientes trimestres. La tasa de crecimiento del último trimestre de 2018 es una de las más bajas observadas en los últimos ocho años.
En este sentido, una prioridad nacional es generar una estrategia de política económica que promueva que el crecimiento económico se eleve por lo menos a tasas superiores del 5 por ciento en promedio. Con tasas de este nivel, el país, en el transcurso de 10 años, disminuiría a la mitad la población que actualmente presenta pobreza o alguna carencia social.
El papel del estado, como rector de la economía, es fundamental para alcanzar una tasa de crecimiento en estos niveles, ya que es este quien determina y otorga los permisos para el desarrollo de una actividad productiva. El promover actividades con alto potencial económico, no solo para la generación de empleos y el pago de impuesto, sino que también promover actividades económicas que operen como entes articuladores de los sistemas productivos locales, lo que sin duda hará más dinámica la economía, haciendo que el resto de las actividades se sumen a esta dinámica de crecimiento.
El que el gobierno haya dejado de hacer esta tarea fundamental, actuar como el rector de la economía, es lo que ha llevado al país y a su población al sistemático empobrecimiento de la población. Usted ¿qué piensa?